Y no, no os creáis que esa persona se siente triste por estar apagada, ni mucho menos, simplemente se siente como si hubiera vivido muchos años, aprendido demasiadas cosas y sufrido mucho en muy poco tiempo. Aunque, claro, siempre tenía el problema de que creía que todo lo que decía era verdad, que realmente había sufrido mucho y por eso sabía mucho de la vida. Que su verdad era más real que muchas de las otras realidades que se le tornaban grises y mustias comparadas con el fulgor que él siempre aportaba.

Si no fuera porque para mi ya suena ridículo todo esto. Si no fuera porque la fantasía murió hace muchos años, y sólo me queda esta realidad, este barro con el juego como si fuera aún un niño. Si no fuera porque la realidad me llena más incluso que cualquier cuento, cualquier historia extraordinaria. Si no fuera por eso, creo que no seguiría aquí, y estaría viendo cualquier idiotez, leyendo cualquier libro mal vendido y sintiéndome como cualquier otro que se piensa incomprendido cuando no es más que otra persona normal.
Como en realidad lo somos todos, todos los días.
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Una historia más, un recuerdo más