Diario de una historia

miércoles, diciembre 04, 2013

Gritos solitarios

Necesitamos el grito de alguien para despertar. Pero creo que últimamente oímos demasiados gritos. Como si un mar eterno bramara ensordecedoramente y nosotros no fuéramos más que un maldito grano de arena vástago de algún coloso perdido. Como siempre.
Y nosotros también queremos gritar, rascamos cualquier vestigio de rareza en busca de poder compartir esa parte tan nuestra, simplemente para estar juntos y dejar de sentirnos raros. Y ser mar.
Aunque sabes que sigues siendo un grano de arena, que la playa no se encuentra muy alejada, casi la podemos tocar.
Aún así seguimos gritando. Para cualquiera, para vivir
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