Diario de una historia

viernes, octubre 04, 2013

A todo el mundo le gusta el rock

Son las ocho de la mañana y decenas de jóvenes discurren por las calles llenos de sueños dormidos, no son más que maniquíes sin cuerdas, que empiezan a vivir dejando de lado su libertad.
Las calles huelen a tabaco matutino y me apesta a mano abierta esta
vulgaridad. Y me pregunto desde hace cuánto alguno de ellos pudo disfrutar de un buen cigarro, sin prisas, sin sueño en las sonrisas, sin miedo a despertar. Y me río de mi propia ilusión, porque me sabe demasiado amarga.
Las chicas, tan jóvenes y bellas se visten y se sostienen como pueden, como aquella primera vez que te sacaron a bailar, y ellos lo llevan de forma más amena, apenas tienen que ir marcando tendencia. Sólo les falta mear.
Porque parece que a todo el mundo le va bien, aun con sus prisas y sus descortesías, porque parece que lo caótico engancha, engancha lo natural, y aunque no lo quieran aceptar, parece que a todo el mundo le sigue gustando el "Rock&Roll"
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