No es tanto el mundo de ahí fuera lo que debería importarnos. Ni esas grandes ciudades ni esos imperiosos bosques tan arraigados, besando el mar a base de acantilados colosales. No, el mundo que nos rodea, en las pequeñas ciudades que vivimos, también es hermoso, tiene un brillo fugaz digno de cualquier beso a media noche. Ya nadie le importa
Todo el mundo sueña con Madrid, pero qué pasa con las calles de tu niñez, esas roñosas y llenas de oquedades. Qué fue del miedo por aquella casona, por aquella verruga
enorme de aquella vieja que te miraba desde arriba, y te hacía temblar.
Y aquella chica morena que te la encontrabas todos los días, y que no sabías nada de ella, pero tus sueños no dejaban de marcar sus piernas en tus entrañas y su mirada en tu alma. Qué inocentes éramos.
Siempre recordaré con cariño donde me crié. Y me da pena por aquellos que se lo están perdiendo. Vuestro hogar se está volviendo en algo virtual y vuestra memoria en algo fugaz
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Todo el mundo sueña con Madrid, pero qué pasa con las calles de tu niñez, esas roñosas y llenas de oquedades. Qué fue del miedo por aquella casona, por aquella verruga
enorme de aquella vieja que te miraba desde arriba, y te hacía temblar.
Y aquella chica morena que te la encontrabas todos los días, y que no sabías nada de ella, pero tus sueños no dejaban de marcar sus piernas en tus entrañas y su mirada en tu alma. Qué inocentes éramos.
Siempre recordaré con cariño donde me crié. Y me da pena por aquellos que se lo están perdiendo. Vuestro hogar se está volviendo en algo virtual y vuestra memoria en algo fugaz