Diario de una historia

sábado, octubre 05, 2013

Tan natural como respirar


He de confesar que la vida de una persona con sobrepeso me acongoja en lo más profundo de mi alma. Antes que nada, quisiera decir que no tengo ningún tipo de problema con ellos, la amplia mayoría me parecen unas personas del todo interesantes, con historias que les hacen completamente únicos. Pero... por otro lado me da mucho miedo llegar a tener su vida, su sufrimiento a la hora de hacer algo tan primordial y primitivo como es meterse un alimento en la comida.
No sé si llegáis a comprenderlo, es como si alguien te calificara o te menospreciara por respirar mucho, o por beber mucha agua "OH DIOS, PUTA RESPIRADORA, DEJA DE RESPIRAR, QUE NOS QUEDAREMOS SIN AIRE"

¿Os dais cuenta de lo ridículo que es?

Pero sin embargo nos es algo completamente normal que se metan con alguien llamándole gordo, o gorda, o zampabollos, o foca, o vaca (estúpida palabra sabiendo que las vacas sólo comen verde) o tantísimos calificativos ya altamente extendidos en el idioma castellano. Por dios, si seguro que no hay ni una palabra para quien respira mucho.

No, no estoy de acuerdo con los flacos, ni con los gordos, ni con los normales, ni si quiera lo estoy con los que van al gimnasio a matarse a base de bebidas y mierdas para estar como un armario de carne mal hecho. Lo único por lo que hago apología es por la salubridad, por estar sanos, joder. Si pesas más kilos de los normales por cualquier razón, genial, mientras puedas estar sano, corras, las arterias no te revienten y no necesiten una grua para levantar tu culo, genial. Al igual que las anoréxicas, por Dios, cómo puedes pasarte media vida durmiendo, ¿qué? comprendo, no comes lo suficiente y pierdes tiempo; ah, espera, que no puedes dar palmadas porque tienes unos pectorales demasiado grandes ¿eh? vaya, lo siento.

No, jamás podría ser gordo, simplemente porque me gusta comer, y ser como soy, mas que nada porque nadie hasta el día de hoy me había calificado de ninguna forma con respecto a mi forma, pero a lo largo de oír tantas cosas sobre otras historias, sobre tantísimas otras personas que han sufrido por comer ¿os dais cuenta de lo tonto que resulta criticar a una persona por comer?

ESTÁN COMIENDO, como tú y como yo, al igual que respiras ahora mismo

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