Empezando esta semana santa me he puesto a pensar algo que llevaba rumiando largo tiempo. La razón por la que veo tanto gilipollas suelto por el mundo que no tiene ni idea de a donde va a parar con sus pensamientos. Me ha hecho gracia pensar que al igual que los creyentes que se flagelan en semana santa, que llevan las cruces de jesucristo haciendo tributo a su sacrificio por la humanidad, sin pensar, solo actuando y pensando que así las cosas están bien echas, nosotros, casi constamente hacemos lo mismo sin pensar. En el pasado 29M vi en Twiter una sarta de personas defendiendo ambas ideologías políticas casi con la misma vehemencia, defendiendo con uñas y dientes cosas que a cualquier persona neutral les parecería una memez. La lucha inconformista, animal, por tener cada uno la razón lleva a pensar que somos unos devotos de nuestras ideologías y que nos convertimos en extremistas cerrados de mollera para dentro, sin pensar que hay una salida un poco más allá de las directrices con las que nos mandan. Queremos ganar, queremos marcar de alguna forma nuestro territorio ideológico, decir que esto es lo verdadero, y así a lo tonto terminamos a insultos, mordiscos, puñetazos, balazos, bombardeos y guerras. Nos dejamos llevar, desde niños cuando peleamos porque nuestro juguete es mejor que el del otro, que nuestro padre tiene un trabajo mejor, e incluso luego cuando crecemos que nuestras materias son mejores. Lo gracioso es que luego uno piensa que dejaríamos de hacer eso, que somos mas cultos, que hemos madurado y cultivado, y ves a cientos de políticos peleándose entre sí, luchando como fieras porque su ideología política es mejor, y así mismo, nos arrastran a todos nosotros para luchar por ellos, vacíos de cabeza, como animales siguiendo su macho alfa. El problema es que nos gusta, nos encanta sentirnos en manada.
Qué puede hacer una humanidad que le gusta ser manipulada?
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Qué puede hacer una humanidad que le gusta ser manipulada?