Por alguna extraña razón sigo sintiendo un indescriptible odio hacia todo aquel que está feliz y que quizás, como respuesta al propio desden hacia mi persona sea algo natural. Pero hace que me pregunte si de verdad soy una persona feliz, y que si por ende, puedo hacer feliz a los demás. Me hace preguntar si soy una persona hecha y derecha como casi siempre he querido hacer parecer a los que me rodean, una persona con los pilares perfectamente alineados y sin apenas miedo por nada.
Ver toda esa gente feliz, gente que no me caía bien realmente, gente que quizás en su mirada bobalicona lo merezcan, pero gente que quisiera realmente que no la tuvieran, me hace pensar en si soy una persona buena, si soy algo más que este ente desquiciado que busca ser apreciado por algún que otro igual. Me hace pensar bastante en si todas las personas que me miran, que me leen, piensan estas mismas cosas de mi, si piensan que soy una persona oscura, una persona con tormentos. Me gustaría saber qué saben, qué piensan de mi, yo, la persona que siempre ha dicho que el pensamiento de los demás aunque nos atañe, no lleva consigo toda la verdad.
Como casi siempre dejo aquí parte de mis temores, parte de mis miedos porque así empezó esto, empezó un día cualquiera con la idea de darme a conocer a mi mismo, enjaulado como al parecer me gusta estar. Yo, quien siempre pensó que nunca tendría miedo de nada, tengo miedo, un miedo absoluto hacia la misma persona que escribe estas palabras. Y que por ende, se pregunta qué debería hacer para solucionar este mundo de oscuridad que atosiga constantemente mi alma. Se pregunta qué habrá más allá de sus palabras, el seno oculto de la verdad
0 Recuerdos:
Publicar un comentario
Una historia más, un recuerdo más