Diario de una historia

martes, agosto 23, 2011

Gusanos

Siento los huesos carcomiendo lo que podría ser ya los huevos de mis próximos huespedes. Los gusanos siempre me han caído bien, más los que son como estos parásitos que no tienen otra misión que sobrevivir a expensas de los demás. Me recuerdan tanto a mi propia extirpe que me sienta bien que termine todo entre familia. Gusanos y humanos muriendo y viviendo en el  mismo mundo. Tan pegados que ya no recuerdan quién es quién. Creo oírlos; se apoderan de mis oídos y me susurran cuentos rastreros, llenas de palabras que me llegan al alma y me hacen llorar. También siento que palpitan en mi corazón y apenas son huevos. Ya veremos qué pasará cuando nazcan, cuando empiecen a carcomerme y se ahoguen entre la tinta de mis entrañas. Tendría que haberme negado a aquella petición. "Escribe siempre, escribe sin parar para poder sobrevivir, escribirás siempre si ese es tu sueño"
De un gran artista, visitarlo
Escribiré siempre. Me estoy cansando de perder la luz, de oir voces dentro de mi que no es mi alma ni mi odio. Me estoy cansando de esperar que esa puerta se habra y aparezca Luz con su voz. Que me diga que no pasa nada. Que volvemos a casa.

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