Siempre he pensando que soy alguien digno de conocer, con el que hablar, tener una conversación, ya sea bien con tazas de té, cañas o café. Siempre he pensado que lo que pienso, lejos de ser la realidad absoluta, al menos es original y extrañamente interesante.
Pero quizás me equivoco.
Quizás haya algo malo en mi.
Navego por todas las páginas de internet en busca de algo que me diga:
Esto es lo que les mola, no hagas caso de lo demás
Pero no encuentro nada más que basura hipócrita donde cientos de personas se aúnan para sentirse más tranquilas. Más seguras. La realidad que está ahí fuera no es la que esperamos y, con ello, conseguimos cerrar nuestro cerco hasta reducirlo a una fantasía que ni de lejos se llegará a cumplir. Pero que nos hace estar seguros y tranquilos. Conseguimos creernos felices.
Pero qué les pasa a ese tipo de personas que no aceptan ser de un grupo en concreto, ¿cómo sobrellevar esa salada soledad? Cómo hacer de tu historia algo más... ¿cómo decirlo? fantástica, o al menos la fantasía que otros comparten.
Me encuentro yo, ante el ordenador, y tú, ante el ordenador, y me pregunto qué diablos estará pasando por tu cabeza. Y me pregunto si merece la pena venderse.
0 Recuerdos:
Publicar un comentario
Una historia más, un recuerdo más