Bueno, es una historia un tanto larga, pero si tenéis un tiempo y os han gustado los legos, yo creo que merece la pena hacerlo
Mi padre siempre me enseñó durante años cómo unos cuantos bloques podrían construir todo lo que había dentro de mi imaginación, y cómo así, podría llegar mucho más lejos. Con unos seis años llegué a hacer desde ascensores, cajas de cambio, pistolas, coches de tracción.
Sinceramente, si alguien alguna vez en su vida quiere comprar esto a sus hijos, no dudéis. Son caros, pero duran para toda la vida.
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Una historia más, un recuerdo más