Me gustaría saberlo e intentar huir de esta celosía de pensamiento que me oprimen, que me corróen con el miedo injusto, con el pensamiento descortés y egoísta de no saber cuándo moriré. Pero no puedo conocer ni el momento ni el lugar puesto que juré no dar mi brazo a torcer cuanto el tiempo y espacio, contra el esperpento de la vida. Dichoso tiempo, también a mi me gustaría conocer dónde, en qué antro sombrío dejaste mis labios pegados a un bourbon barato; de cuántos labios fue bebido y cuántas resacas mal sabidas me dejó. Me gustaría pensar que no fui el único tirado en un portal mirando la luna, ebrio del gran vacío y con un amargo sabor de boca.
¿Y el silencio? Aquel jodido cerdo que me ha robado - Y aún lo sigue haciendo - las palabras que hubiera querido decirte. Me gustaría que te contara todo pero que no es así.
El miedo es de cobardes si no sabes enfrentarlo y la suerte no es para cualquiera. Me gustaría besarte, claro que me gustaría, pero como siempre ya va siendo tarde.
Puta ceguera - creo que nunca te conté - está devorando las ganas que tengo de vivir, hasta incluso las ganas que tengo de ti. Es una lástima tener que decirlo, pero ya casi no veo nada y me estoy dejando la luz en este papel. Ya casi no hay luz y las ventanas están abiertas. Me pregunto qué hora es.
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Una historia más, un recuerdo más