El otro día leí algo sobre un hombre que se había suicidado escribiendo antes una carta, un tanto larga, tirando a varias miles de páginas sobre por qué se suicidaba y las razones de peso para hacer que uno de los actos más controvertidos de la historia de la humanidad sea completamente razonable.
Y me dio que pensar, junto con un montón de cosas que se me habían ido pasando por la cabeza, que en esta vida, realmente, no vale la pena llegar a comprender algo que no está diseñado para nosotros, practicamente porque no aceptamos nuestra condición de humanos, quizás, entre otras cosas, porque no somos humanos. Simplemente un animal que ha tenido la posibilidad de las herramientas necesarias para poder sobrevivir durante mucho más tiempo.
Lo cual me llevó a pensar, que si todo esto no tiene sentido, ni lo tendrá, al menos que nuestra propia condición cambie, ¿qué sino nos depara a aquellos que les da por indagar en los porqués de esta, nuestra única y sagrada vida?.
Algo malo. Sí, todos lo sabemos.
Es sabido, y casi resabido, que cualquiera que le de por entender la vida, fuera, completamente, de lo que es ser inteligente, le irá mal en la vida, entre otras cosas porque la vida no está hecha para vivirla, si no para disfrutarla, plenamente, como lo hace cualquier perro, y cualquier animal, salvo que nosotros tenemos el privilegio de ponernos un paraguas en la cabeza cuando nos salga del orto, o no. Lo cual es muy divertido.
En general. No hay que ser capullo, la vida es preciosa.
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Y me dio que pensar, junto con un montón de cosas que se me habían ido pasando por la cabeza, que en esta vida, realmente, no vale la pena llegar a comprender algo que no está diseñado para nosotros, practicamente porque no aceptamos nuestra condición de humanos, quizás, entre otras cosas, porque no somos humanos. Simplemente un animal que ha tenido la posibilidad de las herramientas necesarias para poder sobrevivir durante mucho más tiempo.
Lo cual me llevó a pensar, que si todo esto no tiene sentido, ni lo tendrá, al menos que nuestra propia condición cambie, ¿qué sino nos depara a aquellos que les da por indagar en los porqués de esta, nuestra única y sagrada vida?.
Algo malo. Sí, todos lo sabemos.
Es sabido, y casi resabido, que cualquiera que le de por entender la vida, fuera, completamente, de lo que es ser inteligente, le irá mal en la vida, entre otras cosas porque la vida no está hecha para vivirla, si no para disfrutarla, plenamente, como lo hace cualquier perro, y cualquier animal, salvo que nosotros tenemos el privilegio de ponernos un paraguas en la cabeza cuando nos salga del orto, o no. Lo cual es muy divertido.
En general. No hay que ser capullo, la vida es preciosa.